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Cómo debatir con un libertario | #2
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Cómo debatir con un libertario | #2

Bertie Benegas Lynch se lució esta semana proponiendo el retorno del trabajo infantil. Hoy respondo a la pregunta "¿qué se supone que le conteste a esto?", con recomendaciones y pasos a seguir.

Bienvenido a tu espacio exterior. Todas las semanas trabajamos sobre algún concepto o síntoma basados en lecturas diversas, consumos culturales e investigación. Actualmente me encuentro trabajando la crisis creativa como vivencia personal (¿por qué me cuesta crear cosas nuevas?) y fenómeno social (¿estamos viviendo un estancamiento cultural?). Si te reenviaron este mail, podes suscribirte haciendo clic acá.


Benegas Lynch hijo nunca decepciona. Es un personaje recurrente al estilo señor Burns, que uno sabe exactamente por dónde va a ir y no deja de ser gracioso por saberlo. Lo que siempre decepciona es la reacción, que no logra estar a la altura. En esta entrega voy a intentar diagramar algunos de los argumentos correctos e incorrectos y otras recomendaciones generales para debatir con un libertario.

Resumen de hoy

  • Condiciones de producción

  • Cómo debatir con un libertario

  • Notas finales y adelantos

Condiciones de producción

🏈 Why young men and women are drifting apart - The Economist

Siguiendo en tema con la recomendación de la semana pasada, este artículo profundiza sobre la división de géneros que se da en la actualidad y muestra con datos cómo empeoró la percepción de la diferencia de género en los últimos años. Me parece especialmente relevante para este espacio la asociación que hace entre esto y el funcionamiento de las plataformas.

🎬 The Dreamers - Bernardo Bertolucci

En el artículo de hoy vamos a hablar muy brevemente sobre la generación de las protestas estudiantiles del 68’. Esta película de 2003, un estudiante americano (Michael Pitt) termina conviviendo con dos hermanos (Eva Green y Louis Garrel) en el París del 68’. Omito decir más porque esta película trabaja una sensibilidad voyeurista donde el descubrimiento progresivo es parte del placer; es pretenciosa y fácil de digerir, super recomendable.

🗽 El podcast Tengase Presente de Marcos Falcone y esta entrevista de Victoria Baratta

Si les interesa el tema de hoy y quieren profundizar, Marcos hizo el podcast liberal más escuchado de Argentina y posiblemente me quedo corto con esta descripción. Por otro lado, Victoria Baratta fue entrevistada por Ernesto Tenembaum hace unos días abordando el tema de la educación pública obligatoria en Argentina.

Algunos de los artículos recomendados pueden pedir tener una cuenta paga, por lo que recomiendo nuevamente no tentarse con instalar extensiones que permitan leer sin pagar.

Cómo debatir con un libertario

Los libertarios son criaturas incomprendidas. Llevan años de campaña y meses de gobierno y todavía el público opositor les tiene miedo. Parecido a cuando aparece un geco por la ventana de una casa en algunas ciudades y la dueña de casa pega el grito. Tranquilos, Bertie es mayormente inofensivo.

Para los que no se enteraron, Bertie Benegas Lynch es diputado nacional de LLA y no diría que forma parte de quienes “pisan el palito” en el partido. Pisar el palito presupone que uno cae en una trampa puesta por otro. Bertie está más cerca de un polemizador serial (comparable a algunas figuras de la farándula) o un Testigo de Rothbard con capital lingüístico. En este caso, Bertie decidió defender el trabajo infantil. ¿Y quienes somos nosotros para decir que los niños no extrañan las minas de carbón?

Hablando en serio por un minuto, Bertie sugirió que los padres tienen potestad para decidir poner a su hijo a trabajar en vez de enviarlo al colegio. Cosa que efectivamente ya pasa en muchas familias donde los recursos son escasos y se envía a los hijos a hacer performances en los semáforos o pedir en las esquinas. Lo cual dudo que Bertie apruebe.

Siguiendo con la metáfora anterior, al igual que cuando entra un geco en la casa, hay que saber como lidiar apropiadamente con la situación que es justamente lo que no sucedió. Hubo gente exclamando “¿dónde están los de padres organizados?”, al estilo de “¿dónde están las feministas?” (no voy a profundizar, pero sepan que este fue uno de muchísimos casos):

También intentos bienintencionados de darle una explicación de los beneficios económicos de que los chicos estudien. A simple vista uno puede pensar que eso es lo que quiere la derecha, ¿no? Un argumento económico que explique que el sistema es redituable.

Lamento decirles que, en mi opinión al menos, esta respuesta que puede parecer aberrante para algunos y brillante para otros no sirve. Regla N.º1: No le des una explicación neoliberal a un libertario. CFK y Myriam Bregman no son la misma persona, y de la misma forma es clave la diferencia entre cada subespecie de lo que se conoce mal y rápido como “la amplia derecha”. Mal y rápido porque existen variaciones como el liberalismo de izquierda, e históricamente el liberalismo no se reconoce como un movimiento de derecha (cosa que el libertarismo tardío sí (pero aunque no lo crean, el primer libertarismo de Rothbard estaba más cerca de posicionarse como de izquierda)).

Por ejemplificar más claramente, allá por 2014 siendo yo un liberal objetivista colaboraba en una agrupación voluntaria que buscaba defender el derecho al juego de los chicos en los barrios marginados donde se cumple la fantasía de Bertie diariamente. Dos disclaimers en esto; por suerte ya no soy objetivista ni tampoco creo que esa sea la fantasía de Bertie. Creo que honestamente en su mente imagina una situación al estilo 1850, una familia en la campiña, un hijo ayudando a su padre a recolectar madera y armar muebles. Una fantasía obviamente blanqueada, clase mediera (por algo habla del poseedor de un taller y no de desposeídos) y casi que musicalizada. No creo (o elijo no creer) que Bertie mire a la explotación infantil a los ojos y diga “sí, ese es el futuro que busco”, pero (y ya voy a profundizar en esto) tampoco lo descarto.

Para seguir voy a obviar todos los argumentos que solo expresan horror, las declaraciones protocolares de repudio y las explicaciones varias sobre el rol del estado porque creo que tenemos que pensar-contra Bertie. No “en contra de” sino como quien intenta trabajar sobre algo, necesariamente construyendo con su producto. Para esto voy a pasar a explicar muy brevemente el funcionamiento de la argumentación libertaria, y qué se contrapone realmente a eso en mi opinión.

Les decía al principio que Bertie es un personaje recurrente y hasta fácil de predecir. Muchas de las cosas de las que habla Milei también ya fueron habladas, está todo en la biblia libertaria: Hacia una nueva libertad de Murray Rothbard. Antes de arrancar quiero decir que este libro es brillante y hermoso. Es un caso muy raro de un sistema de pensamiento radicalmente separado de lo que estamos habituados a consumir, trabajado compartiendo muchas preocupaciones que todos tenemos. Tal vez como manual político puede horrorizarnos, sí, pero si lo leen intenten primero hacerlo con mucho cariño; este libro fue escrito en 1973 y fue gestado en medio del calor del liberalismo individualista de las olas hippies y contraculturales de los 60’. Dejo acá un muy lindo texto (una lectura de 15 minutos) que los va a familiarizar un poco rápido con el concepto de hippie liberal si es la primera vez que la escuchan. La disputa por el término “liberal” es intensa al interior de los liberalismos por lo que siempre embarquen estas lecturas con desconfianza, no hay una palabra final sobre qué es ser liberal.

Ahora sí, el manifiesto libertario surge en el contexto del bipartidismo de EEUU, en 1973 y al calor de los movimientos sociales. El objetivo del manifiesto libertario parece claro: proponer un camino alternativo al estatismo de izquierda y derecha. Si no estás familiarizado con los textos libertarios seguramente estés pensando “¿los demócratas son de izquierda para esta gente?”, y personalmente prefiero responder a esto con la necesidad de tener una perspectiva procesual con estas cosas. Si vivís en Argentina y se proponen vouchers educativos (tema sobre el que algún día profundizaré) seguramente pienses que es un giro a la derecha, si vivís en EEUU y se proponen vouchers educativos vas a pensar que Joe Biden es Bernie Sanders.

Entonces continuando, ¿por qué hablamos de estatismo de izquierda y de derecha? Para los libertarios es claro, porque unos proponen un liberalismo social (derechos a las minorías) de la mano de mayor conservadurismo económico y los otros proponen conservadurismo social de la mano de mayor liberalismo económico. Frente a esto, el libertarismo pide por un movimiento que combine el liberalismo social (sí, principalmente derechos negativos pero llevados a un extremo mucho mayor que el actual en cuanto a la autonomía sobre nuestros cuerpos por ejemplo abogando por la legalización de distintos estupefacientes) y el liberalismo económico.

Ahora, esto no es lo que Milei parece decir. En general pareciera tratarse de una alianza entre liberalismo económico y conservadurismo social. Y a mis ojos lo es. No les voy a mentir tampoco, el viejito idealista de Rothbard también viró a la derecha en los 90’ buscando una estrategia política realista para el libertarismo. En mi opinión en el caso de Milei y nuestros liberales y libertarios, esto se da por desinterés en el liberalismo social y por la percibida urgencia del liberalismo económico. Espert es el perfecto ejemplo de un liberal que ha sostenido posiciones pro aborto y del típico liberalismo social que dice “quiero parejas gays protegiendo sus plantas de marihuana con armas” pero que la necesaria alianza con partidos conservadores lo llevó a oponerse al menos al aborto.

Pero volvamos a Bertie. Más allá del movimiento hacia la derecha, el discurso libertario suele tener un par de características comunes que hay que saber leer en sus argumentos. Por un lado, argumentar por el “mejor peor” caso, o el caso más extremo. Esto lo pueden ver clarísimo en Diana Mondino, quien para argumentar por la tolerancia hacia las disidencias sexuales quiso hacer una exposición de su virtud liberal y terminó comparándolo con tener piojos. Lo que Mondino quiso explicar es en realidad una de las partes más “sanas” del liberalismo que es el respecto irrestricto por la libertad del otro incluso cuando uno está en desacuerdo o puede resultarle desagradable. Y acá tenemos un punto nodal; la sociedad liberal o libertaria no es una sociedad de buenos y agradables, sino una sociedad que sabe coexistir con lo que considera monstruoso. Esto quiere decir que no deberíamos encarar un debate pensando en cómo debería comportarse la gente para actuar bien sino más en cuanto estamos dispuestos a permitir en una coexistencia. Esto aunque no lo crean es algo muy positivo en medio de las derechas que generalmente abogan por el exterminio de la diferencia además de un rasgo a valorizar en una sociedad ingresando al transhumanismo, pero eso es tema para otro día. A la crítica de las sociedades de los buenos pueden introducir con “Crítica de la Felicidad” de Miguel Benasayag un filósofo y psicoanalista argentino.

Creo que igualmente el principal tema no pasa por acá, sino que es un tema de temporalidad interna del argumento. El liberalismo y libertarismo tienen muchos ensayos, libros, entrevistas y más debatiendo cómo podría funcionar la sociedad libertaria, el derecho liberal y un largo etcétera. El marco utópico libertario no es algo que me interese debatir hoy porque estamos tratando con praxis política, pero sí es relevante en el traspaso de los argumentos a la realidad. Como decía no me acuerdo quién (espero poner la aclaración de quien era en este paréntesis eventualmente), el debate filosófico tiene cierta atemporalidad en que quien argumenta puede tomar argumentos de Platón, San Agustín y Kant y entrar en diálogo con ellos, retomar a unos y refutar a otros como si existieran en una simultaneidad. Cuando Bertie habla de privatizar las ballenas está hablando en este género, lejano al discurso político habitual, lo cual quiere decir que no hay contexto, no hay operabilidad del concepto, tampoco hay futuro en el sentido de la pregunta “¿qué pasa dos días después de que legalice el trabajo infantil en el contexto Argentino?”, o “¿que pasa si privatizo recursos estratégicos en un país donde posiblemente el próximo gobierno busque nacionalizarlos?”. En otras palabras, no hay política. Pequeño disclaimer, obvio que existe la filosofía localizada y el siglo XX estuvo lleno de praxis política-filosófica, pero no es el género discursivo al que nos referimos acá.

Creo que en un diálogo o debate posible, a este tipo de argumentos se les responde entonces con dos movimientos de contextualización: la simultaneidad, lo que está ocurriendo alrededor de aquello que se quiere instalar y que posiblemente agriete, empeore e imposibilite la ejecución de la utopía libertaria, y la sucesión, que pasará si en cuatro años un gobierno revierte las modificaciones. Porque en general considero estas propuestas requieren de un tiempo ilimitado y de la confianza de la permanencia del sistema para ejecutarse correctamente, y lo contrario puede traer estados peores y mucho más caóticos que el actual. Y en esto ingresa esta tal vez cierta sabiduría conservadora para recordar: “prefiero una injusticia que un desorden”, frase con una historia de polémica, pero que aplica perfectamente a muchas de estas propuestas.

Creo que hay muchas más aristas a tocar, sobre todo las distintas perspectivas liberales sobre la educación, pero también otros temas como el origen del liberalismo argentino contemporáneo (así es, los liberales no aparecieron en 2021) y la utopía libertaria, pero por esta nota me parece más que suficiente. Para la próxima entrega voy a trabajar otro tema relacionado con la creatividad, la sociabilidad y una pregunta que me hicieron el otro día que es: “¿cuándo debería haber aparecido Dios en mi vida?”.

Notas finales y adelantos

Tal vez te estés preguntando qué tiene que ver todo esto con la creatividad. O tal vez no, pero te acabo de hacer acordar. La crisis creativa considero se extiende al ámbito político, y de a poco es mi idea entrelazar las partes. No creo que sea un problema partidario ni que la respuesta sea idem, y lo pueden ver cada vez que salen militantes pelear en el terreno de la imitación.

Quedaron pendientes varias cosas a tratar y las quiero enlistar acá:

  • De dónde salieron los liberales contemporáneos.

  • La sociedad de los buenos vs. la sociedad de los monstruosos.

  • Liberales, escolarización y vouchers educativos.

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