Este newsletter sigue creciendo, y cada vez que alguien se suma, me acuerdo por qué me metí en este quilombo: para ayudarme a escribir y ejecutar otros proyectos en medio del caos que es transitar la adultez. A veces eso significa reflexionar sobre fenómenos culturales, otras veces sobre productividad, pero en semanas como esta—donde todo parece explotar al mismo tiempo—la pregunta que me obsesiona es: ¿cómo hacemos para hacer todo lo que tenemos que hacer sin perdernos en el proceso?
En estos días mi trabajo se desorganizó. Una compañera renunció con lo que el equipo nos quedó chico y repartiéndonos tareas a lo bestia. Entre clientes complejos y otras cosas quedé absolutamente agotado. Lo curioso es que, más allá de la sobrecarga, la situación no me generó tanto enojo como esta otra pregunta: ¿cómo nos damos permiso para frenar cuando más nos están exigiendo?
Resumen de hoy
La trampa de la hiperdisponibilidad
Métodos para no desaparecer bajo la carga
Cómo priorizar cuando todo parece urgente
La trampa de la hiperdisponibilidad
Hay algo tramposo en ser una persona capaz en entornos de caos. Ni hablar si disfrutas los desafíos o te cuesta soltar tus áreas para ocuparte de otras. Personalmente crecí atravesado por la logística y cualquiera que conozca ese entorno sabe que el caos es algo de todos los días. Así como la disponibilidad horaria era algo infinito, también la capacidad pragmática de hacerse cargo, aprender y buscar soluciones.
Es fácil caer en el rol de el que resuelve, pero ese mismo impulso puede jugar en contra. No porque esté mal querer que las cosas funcionen, sino porque nunca se nos enseña cómo redistribuir después lo que absorbimos en crisis. Y aún si recibís todo el apoyo posible, lo que empieza siendo una medida de emergencia se convierte en la nueva normalidad. ¿Cómo nos aseguramos de que eso no pase?
Métodos para no desaparecer bajo la carga
Acá hay un par de reflexiones de mi última reorganización laboral que capaz te sirvan si estás en una situación parecida:
Delimitar lo absorbido: Si te toca asumir tareas extra, poneles un horizonte temporal explícito. A veces también puede ser un lugar para notar algo nuevo y necesario para hacer, pero no sin estimar que se compense adecuadamente si continuara. Sin ese marco, la carga se normaliza y se vuelve indefinida.
El principio del 80/20 radical: Sabemos que el 20% de las acciones generan el 80% de los resultados. En crisis, hay que llevarlo al extremo: si solo pudieras hacer tres cosas esta semana, ¿cuáles tendrían el mayor impacto real? El resto no importa tanto como creés.
Comunicar más de lo que parece necesario: Cuando reina el caos, las expectativas se vuelven difusas. Explicitar en qué estás y qué necesitás libera presión y evita asumir trabajo innecesario por falta de contexto.
No sacrificar lo que te mantiene cuerdo: El impulso natural es cortar lo que parece accesorio—salidas, entrenamiento, tiempo muerto—pero si hacés eso, te quedás sin amortiguadores. Lo primero que descartamos es muchas veces lo que más nos ayudaría a sostener el ritmo sin quemarnos.
Personalmente las últimas semanas fueron muy movidas, y algo tan simple como dejar de tomarte una pausa, masaje o entrenamiento, o por otro lado tardar en charlar alguna incomodidad termina teniendo un costo muy alto.
Cómo priorizar cuando todo parece urgente
Una pregunta que me hago mucho estos días es: ¿qué parte de todo esto es realmente necesaria, y qué parte nos acostumbramos a asumir como inevitable?
Muchas veces, en la locura del día a día, aceptamos sin cuestionar que ciertas cosas tienen que ser hechas, cuando en realidad el impacto de no hacerlas sería mínimo. Identificar esas cosas y descartarlas deliberadamente es un arte que pocos practican porque el miedo a parecer irresponsable nos frena.
Pero si como diría Síndrome en Los Increíbles, cuando todo es urgente, nada lo es realmente. Y si todo tiene el mismo peso, terminamos hundidos en el cortoplacismo, sin margen para pensar en el largo plazo. Así que este es el recordatorio que me hago a mí mismo y que te dejo a vos también: no te olvides de proteger tu propio tiempo dentro del caos. No porque el trabajo no sea importante, sino porque si no lo hacemos, lo urgente siempre le gana a lo realmente valioso.
Hasta la próxima,
Feli
Leer esto justo cuando estoy tapado de laburo fue justo lo que necesitaba. Paz mental por 5 minutos y se pospone renunciar